Te Prometo


Cuando pienso en qué prometerte, busco en lo profundo de mi alma una palabra que me has enseñado sin decírmela: Atreverse.

Me la enseñaste, desde el primer día que nos conocimos, porque me atreví a hablarte, a pesar de que eras un desconocido.

Después me atreví a verte con el corazón, y confié en mi intuición, porque supe que eras el hombre “perfecto” para mí. Y así, como eras, me atreví a amarte.

Es una palabra que veo, como una constante, en tu historia de vida, porque me muestra que es posible atreverse a lograr los sueños; atreverse a mirar el pasado, sin dolor, y con mucha gratitud; atreverse a equivocarse, para ganar aprendizajes; atreverse a desafiar paradigmas y a cambiar viejas creencias, para poder avanzar.

Por eso, sólo puedo prometerte lo que he aprendido de ti: Atreverme a ser yo misma a tu lado, amándote y confiando en tu amor. Eligiéndote como mi mejor aliado en la construcción de acuerdos, y como el socio principal en mi proyecto de vida.

También te prometo atreverme a pedirte ayuda, cuando sienta miedo; y a ofrecerte mi apoyo cuando, por alguna razón, no te atrevas a pedírmelo.

Te prometo atreverme a creer en la convivencia, a pesar de las diferencias. Porque creo en el amor que abraza la duda, y encuentra paz en la escucha.

Por último, te prometo atreverme a desafiar las dificultades, y a recordarte que un día, como hoy, nos atrevimos a ser más grandes.

El Amor

El Amor no tiene tiempo,
va y vuelve, y sin cansancio,
permanece en movimiento.

El Amor no espera,
se sumerge y desaparece,
y, sin darnos cuenta,
entra en el alma quieta.

El Amor llega,
y suspirando se sienta,
a contar estrellas.

El Amor se queda,
cuando trae sueños
y promesas.

Esa Noche

Esa noche, una mariposa revoloteaba en mi alma y el movimiento de sus alas iba al ritmo de los latidos de mi corazón. El silencio de la luna, acompañaba mi asombro, al tener enfrente lo que, hasta el momento, no había podido significar.

Entre las palabras que se expandían en medio de la quietud y la distancia, (aquélla que nos unía y nos separaba al mismo tiempo), vi volar la mariposa que hacía unos instantes cosquilleaba mi cuerpo. Sus alas amarillas impactaron mi mirada, y no hubo más letras que se escucharan, mientras ella se esforzaba por volver a danzar en el cielo.

Todavía no sé qué murió esa noche, o qué era lo que estaba renaciendo, sólo sé que fueron hermosos minutos en los que recordé la magia del universo; dóciles segundos en los que palpé la perfección de cada evento, la sincronía de cada encuentro, y el amor de la vida que llegaba sin miedo.

Esa noche, y desde esa en adelante, he explorado sensaciones; he acariciado sueños, y hasta he despertado, con los ojos abiertos, mientras trato de darle forma a lo que estoy sintiendo.

Aún no tengo claro cuánto durarán mis pensamientos, tal vez el tiempo que vive una mariposa, o los años que dure mi memoria; quizá sea un tiempo corto para quien lo calcula, suficiente para quien lo manipula e inmortal para quien perdura.

Ahora comprendo que no existe el tiempo cuando estoy presente, pues la sensación es como estar conociendo el mundo entero, sin ningún esfuerzo: expectante, agradecida, sorprendida, contemplativa, reconectada y nuevamente enamorada.

Esa noche, una mariposa nos regaló el secreto de que existíamos bajo el mismo cielo.

ILUSION

Fuiste como un sueño, en una mañana tibia en la que mis ojos te encontraron.
Después de conocer tus labios, ya no podía verte, pues era de noche y la luna no alcanzaba a sorprenderme.

Cómo imaginar perderte?
Si desde aquélla mañana, pedí tenerte y aquella noche decidí quererte.

Déjame mostrarte la magia de las hadas, las fórmulas sin números y los cálculos sin tablas.

Tu mirada de la vida se resuelve de a poco, mientras la lógica acelera el rumbo…

Yo quiero detenerte con un abrazo y mostrarte que el amor viaja sobre territorios extraños.

Quiero que me cuentes del alma que te habita, de los juegos que te divertían y los cuentos que te entristecían. Muéstrame tus sueños y contágiame de silencios.

Sin pretender tener claro el destino, caminemos juntos sobre las olas y que el tiempo se haga eterno mientras construimos nuestra historia. La historia que iniciamos, sin demoras ni ataduras.

Esta ilusión perdura mientras el tiempo envejece las preguntas y el recuerdo se estremece mientras se esconde en mi armadura.

Ilusión que sueña, ilusión que queda y que se pierde, en la marea…

MI VIDA

Mi vida ha sido un ciclo de idas y venidas; de sueños y despertares.
Un manantial sin agua, donde llegan los viajeros sedientos de promesas y versos.
Un recorrido anhelado, perdido en tormentas y ríos en calma.
Un camino lleno de caminos y caminantes en batalla.

Mi vida ha sido un regalo y una fantasía coloreada.

He habitado mundos desconocidos y emociones encontradas, y mi vida se ha construido desde el soplo de una llama.
He conocido lugares donde me he vuelto una maga y mi cuerpo se ha engrandecido al ritmo de una danza.

Mi vida ha sido una historia, un poema y una guitarra, de donde salen notas, letras y palabras

Mi vida ha sido una combinación de todo y nada, una posibilidad de cambios y un terreno fértil para cosechar nuevas miradas.

Abrazando el Miedo


Sus manos se tomaban fuerte, la una a la otra, agarrando sus rodillas, y su frente se apoyaba sobre sus muslos, mientras sus lágrimas caían a sus pies. Se encontraba en un rincón del cuarto oscuro, y lloraba en silencio mientras escuchaba la voz aguda de una mujer.

-Qué te pasa? le pregunté conmovida
-Tengo miedo –me respondió sin mirarme-

Yo me acerqué despacio, para darle confianza, y me agaché para escucharla mejor.

-Esa señora me asusta… habla muy fuerte y me dice cosas
-Qué cosas?
-Me dice que nadie me quiere lo suficiente y que debo cuidarme de que me hagan daño. También me dice que hay cosas más importantes que yo y que las personas sólo me dicen mentiras… por eso, debo estar muy atenta para evitar que me hagan sufrir.

Ella seguía llorando, con sus manitos apretadas. Yo puse mi mano sobre su cabeza y la seguí escuchando.

-Cuando le digo que eso no es cierto, ella me habla más fuerte. Yo me canso, porque mi voz no se escucha, entonces yo vengo al rincón y lloro.
-No tengas miedo, yo estoy aquí para acompañarte -Le dije con una voz cariñosa.
-Ella me dice miedosa y llorona. No entiendo porqué está tan enojada… yo no le he hecho nada!
-Seguramente ha vivido situaciones difíciles. Ella quiere protegerte y no quiere que te pase lo mismo, pero lo hace de una manera que te asusta.

Mientras decía esto, ella levantó su rostro pálido; yo no podía ver sus ojos, el llanto los había opacado, y su boca era muy pequeña. Me daba cuenta que sus facciones se estaban diluyendo, y que poco a poco, su existencia se había reducido en la oscuridad. El miedo la había hecho tan pequeña y débil, que ya no sabía cómo luchar.

En ese momento, la abracé cariñosamente y apoyé su cabeza sobre mi pecho. Mientras la abrazaba, yo invitaba al miedo a descansar y la voz de la mujer se alejaba; ahora nos acompañaba el silencio.

Pasaron varios días, en los que mi abrazo la animaba y mis palabras la aliviaban. Su cuerpo había crecido, sus ojos y su boca eran más visibles y su voz se escuchaba con más firmeza.

-Ya estás lista!
-Para qué? me respondió sonriente
-Para hablar con la señora.
-No es posible. No puedo… no puedo
-Yo te acompañaré. Diciéndole esto le extendí la mano para que se levantara.

Ella empezó a llorar, con sus manos apretadas sobre sus pies. La voz aguda de la mujer se escuchaba muy fuerte.

-Ahí estás de nuevo llorando! No te he dicho que así nadie te va a querer; toca ser fuerte y no demostrar debilidad, a los débiles los engañan; los fuertes no nos dejamos y estamos atentos a todo lo que ocurra.

-Qué eliges? Seguir llorando en el rincón o levantarte?

Me tomó de las manos y se paró firme sobre sus pies. Caminamos hacia la puerta, hasta encontrar un espacio vacío e iluminado, la voz se escuchaba más cerca, pero la señora no aparecía. Ella se detuvo frente a un espejo viejo y opaco que encontró; con su mano empezó a acariciarlo suavemente para quitar el polvo de los años. Mientras lo hacía, la voz se hacía más fuerte y clara, y su corazón palpitaba asustado, sin comprender.

Su imagen empezó a reflejarse en el espejo y ella pudo mirarse por primera vez. Era más grande de lo que creía y esto la hacía sentir segura; su boca se convirtió en una sonrisa y con sus manos, acarició su rostro, reconociéndose y siendo ella misma la que descubría su propia fuerza.

Desde entonces, no la he vuelto a ver en el rincón del cuarto oscuro, y cuando siente miedo, yo la abrazo y la invito nuevamente a mirarse y reencontrarse.
"El reconocimiento de que él era la causa, no el efecto, le dio una nueva sensación de poder: Ya no tenía miedo"
*Robert Fisher. El Caballero de la armadura oxidada

Al Conocerte

Al conocerte, mis ojos te recordaron como una clara imagen; una imagen al parecer inalcanzable, quizá impensable. En ese entonces eras simplemente una idea, un papel en blanco y una silueta.

Tal vez nos encontramos varias veces en medio de nuestro andar, pero sólo hasta ese instante pude conocerte. Así empezaron las causalidades de la vida, aquéllas que nos llevaron a conversar, a preguntar y a sentirnos más cerca.

Al conocerte, el silencio interno de mi cuerpo se volvió enamoramiento, y los temores de mi mente respiraron confianza; mis ilusiones despertaron de una prolongada decepción y pude volver a creer en la utopía de mis sueños.

Conocerte ha sido, convertir la inseguridad en expresión, cambiar la idea de lo imposible por las creativas ocurrencias; reconocer nuestros errores y aprender. Ha sido comprobar que los miedos están en la mente, y que somos más fuertes que ellos.
Conocerte ha sido un regalo de la vida, la recompensa a mi constante deseo de encontrarte, y la esperanza de poder amarte en cada instante...